Hola, no se realmente si esta vía de comunicación, sigue activa, ya que la tengo mas que descuidada hace tiempo, hace dias que tengo la necesidad de alguna manera retomar, reescribir, publicar, crear, cerrar…. no se….. dejare reposar la idea hasta que me guste.

Sabéis los que me habéis seguido que escribo por impulsos y hoy trabajando he tenido el titulo de un post toda la mañana en la cabeza.

Me gustaría compartir una herramienta súper valiosa que durante estos años de Máster en Vida he aprendido, se trata de la desidentificación.

Me refiero a poder ver, compartir, empatizar con el dolor ajeno, incluso con aquellos que mas nos identificamos, sin embargo esta emoción no hace que yo me sienta mal, ni me dejo arrastrar por ella.

Me explico… mi trabajo de enfermera en esta nueva etapa es diariamente un enfrentamiento al cáncer, en el quirófano una gran parte de las patologías que se operan son por un tumor o por sus efectos.

Es decir mis pacientes la mayoría son oncológicos. Cuando llegué hace una año a este servicio…… fue un poco impactante y me rondó la cabeza pedir re-ubicación justificada debido a mis antecedentes como paciente oncológica y por aquel entonces todavía en tratamiento por psiquiatría. Aunque ya muy estable, seguía tomando medicación y revisiones. Claro no es lo mismo estar en casa o trabajando en algo totalmente distinto y estar en equilibrio que de repente ser parte del sistema hospitalario.

Tras unos meses de adaptación y aceptación vi que era perfectamente capaz de hacer frente a casos y ahora ya personalizo, de chicas, de mas o menos mi edad, con canceres de mama que a los 2, 7, 9, o 1 año del tumor tenían una metástasis o de nuevo cáncer en el pecho o otra parte de su cuerpo.

Es cierto que cuando leo la historia clínica pienso……..mierda que bien estaría haciendo «cajitas» en mi casa! Pero luego hablo con mis pacientes antes de dormirles, suelo compartir mi experiencia, es verdad que sigo sintiendo esa fabulosa conexión, de hablar de corazón a corazón, con alguien que realmente sabe sin dar muchas explicaciones. Intento que su recuerdo al dormir sea bueno, para que el despertar también lo sea y después durante la cirugia hay muchas horas vigilando y cuidando su sueño y ahí mi cabeza piensa de todo……….. por supuesto que la mente entra con sus dramas y discursos………..»fíjate la de la camilla podrías ser tu» «su caso no es distinto al tuyo», «hasta ahora te has librado pero mira….» y mil cosas mas

Pero tras estos años de entrenamiento en mindfullnes y yoga, he aprendido a parar el pensamiento y no engancharme a el, simplemente llegan a mi cabeza y como si de una hoja flotando en un río veo como llega…… y lo dejo pasar. Y entonces respiro y si me siento absolutamente afortunada y serena porque mi salud mental hace que disfrute de mi salud física.

Agradezco el aprendizaje y dejo que la vida me lleve, atravesando lo malo y disfrutando lo bueno.

Teikitisi!

 

 

Foto de portada; Agustin Ruiz