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Tras meses de tratamientos agresivos que afectaban a mi cuerpo (ademas de fulminar al bicho, claro, jejeje), tras el accidente de tráfico, tras días en modo tortuga descansando…….. hoy he ido a mi primera clase de espalda sana y ha sido una sensación extraña. Por una parte me he visto bien a pesar de haber estado entumecida todo este tiempo. Y por otro lado he visto las limitaciones de la operación,

Por supuesto que he hecho todos los ejercicios sin forzar absolutamente nada, cuando con el brazo derecho no podía, pues me esperaba. También ha sido genial compartir una actividad alegre no relacionada con el cáncer con mi madre, ir y venir charlando le da un valor añadido a las clases.

He tenido la sensación de ser una gárgola que volvía a la vida (te acuerdas Pedro??? veía con mi hermano unos dibujos de gárgolas que por la noche se despertaban, rompiendo la capa de piedra que les recubría), Pues así me he sentido, quitándome capas de pesada piedra y volviendo a ser flexible de nuevo. Dejando atrás días de dolores y cama. Despertando mis músculos. Sintiendo como volvía a mandar yo sobre mi cuerpo y no al revés.

Me da tiempo a llevar a Paola a su «cole de mayores», ir a radioterapia, dormir una siesta que es lo que me pide el cuerpo al salir, puedo hacer la cena y compartirla con mi amor y mi chiquitina. Asi que no puedo pedir mas!

Imagen de cabecera de J Lobo